Este verano ha resultado desafiante. Problemas de salud me han obligado a realizar una pausa en mis actividades físicas y laborales, lo cual ha afectado significativamente mi estado de ánimo.
Desde que era un niño, el dibujo ha sido mi refugio creativo. La semilla de esta pasión se plantó cuando, a los seis años, me encontraba convaleciente en la cama debido a las paperas. En ese momento, con una hoja vacía de un libro de historias para niños, di vida al «autobús atómico» de una película que me dejó asombrado. Ahora, al mirar atrás, debo reconocer que esa película no era precisamente una obra maestra…
Sin embargo, ese modesto dibujo marcó el comienzo de una vida llena de ilustraciones, cómics y garabatos. Durante mi infancia, las películas se convirtieron en una fuente constante de inspiración para plasmar mis propias creaciones en papel. Los cómics de Mortadelo y Filemón de Francisco Ibáñez, así como las aventuras de Zipi y Zape, no solo me enseñaron a leer, sino también a dibujar.
Por lo tanto, como una medida contra la desmotivación que he experimentado este verano, decidí tomar mi cuaderno de dibujo del Tiger y empecé a esbozar a uno de mis héroes favoritos: Indiana Jones, en una de las icónicas escenas de la película «En busca del arca perdida».
El arte y el dibujo han sido mi constante compañía a lo largo de la vida, una fuente inagotable de inspiración y alegría, y estoy decidido a mantener viva esta pasión, incluso en los momentos más desafiantes.
Mi enfoque artístico es altamente personal. Nadie me brindó instrucción formal en el arte del dibujo; supongo que es una habilidad innata. Trabajo incansablemente con mi goma de borrar hasta lograr que mis trazos reflejen fielmente la imagen que deseo plasmar.
Disfruté mucho el proceso, aunque considero que el resultado podría haber sido mejor. No obstante, esta insatisfacción no me desalentó. En realidad, me inspiró a continuar dibujando, especialmente como una forma de combatir el aburrimiento.
Para esta nueva etapa, me he provisto de una libreta de dibujo con papel de mayor grosor y he adquirido nuevos rotuladores, de la marca Sakura. Estoy ansioso por explorar motivos surrealistas y crear escenarios extravagantes, algunos de los cuales surgieron como solicitudes de amigos cuando les pedí que imaginaran situaciones absurdas. Mi objetivo es capturar todas estas visiones en papel y dar rienda suelta a mi creatividad.
Este verano no solo traté de hacer dibujos, sino también de aprender y crecer algo más como artista. Descubrí la belleza en la simplicidad y la elegancia de los trazos en blanco y negro, así como la emoción de trabajar con tinta. También me di cuenta de cómo el arte puede ser una forma poderosa de relajación y autorreflexión.
En estos momentos de introspección, recordé la importancia de encontrar la motivación incluso cuando parece esquiva. El proceso creativo no siempre es un camino recto y fácil; a veces, es un viaje lleno de altibajos. Pero cada trazo, cada línea imperfecta, es una parte valiosa de nuestra creatividad.
Galería de dibujos
Así que aquí está, mi verano creativo en una cápsula de tinta y grafito. Si estás pasando por un período de falta de motivación, recuerda que a veces basta con sumergirte en lo que amas hacer, incluso si no tienes un plan concreto. La creatividad suele manifestarse en esos momentos de exploración sin ataduras.