Era Eva

Miras de cara al viento poniente,
cálidas y agotadas son sus ráfagas,
te sientes cómoda con el sol en tus ojos,
pero la pena te abruma y entonces saltas.

La mar te acoge llena de vida,
ansiosa desea atrapar tu alma,
avezada ya a que respirar te impida,
cierras los ojos y esperas la calma.

Nada evita ahora tu afán por verla,
pero notas en tus manos caricias que te llevan,
respiras de nuevo y el sol te ciega,
ves su cara de niña y sonríe, es Eva.

Regresa de nuevo la felicidad que te asalta,
te envuelven los deseos de la vida que te espera,
abrazada a ella a casa quieres llevarla,
mas no puedes pues las nubes te rodean.

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