Mediados de los años 90, época de cámara de 35 mm y revelado en blanco y negro. En esta época empezaron mis primeros reportajes fotográficos más serios, a los que ponía empeño e ilusión, y fue el inicio de mi predilección por la fotografía de retrato.
Ningún objetivo
Primera experiencia en la fotografía estenopéica o pinhole. Un simple agujero en la tapa del cuerpo, sin ningún objetivo.
Hicimos lo que pudimos
“Lo siento, hicimos lo que pudimos”. Pero a mí, algo me parecía extraño. En aquel momento no pude darme cuenta, pero en cuanto vi el cuerpo inerte sobre la camilla, lo tuve claro. Quise acordarme de lo ocurrido, pero algo me lo impedía. En un instante dejé de sentir el blanco habitáculo de la ambulancia, y el intenso gris del cielo nublado lo invadió todo. A lo lejos pude observar mi automóvil en el fondo del barranco. Fue lo último que vi, después de eso, nada más.
Segunda oportunidad
A veces, la frontera entre la realidad y la pesadilla es difusa. ¿El final de tu pesadilla? ¿O sigues en ella? Comprendes, de repente, el valor de lo vivido. ¿Simples recuerdos?
Corto finalista en la sección Cine en el Concurso Fundación Mapfre «Vive para cumplirlo». 2008